martes, 20 de noviembre de 2012

UNAMOS NUESTRAS VOCES POR LA PAZ


Publicado en el semanario EL 82, en 2009, este poema mantiene su vigencia en esta hora. Desgraciadamente.

(HACER CLIC PARA VER EL POEMA COMPLETO)
GAZA

Amanecimos después de está noche un poco más amargos
y con ganas de maldecir.
Imágenes de pequeños ángeles muertos y poblaciones calcinadas nos cortaron el ánimo en siete partes de desolación.
Ignoro cuál es el alcance que puede lograr la maldición vecinal de un poeta de provincia,
cuántos espíritus justicieros convocará,
cuáles mecanismos de compensación pondrá en marcha,
qué frutos de amor madurarán a su paso,
pero me lanzo a la aventura.
Hoy tengo ganas de maldecir y así lo hago.
Guardo las buenas maneras en una gaveta junto con las camisas y los pañuelos,
vestido unicamente con mi piel de ser humano
que no tiene color, sino una fragancia de gente.
De gente que es buena
y a la que no le gusta escarnecer pero que reconoce
en ocasiones la necesidad de ponerse a ello.
Y consecuentemente maldigo por tanto
desde la fuerza de mis pensamientos
a quienes hoy están matando con una insania desatada.
Maldigo a los dueños de las máquinas que lo hacen.
Maldigo a los dueños del dinero que lo paga.
Maldigo a los que tienen el corazón envuelto en pólvora.
Maldigo a los que no conocen la ternura porque sus lágrimas huyeron.
No quiero agraviar a un pueblo, ni a una religión ni a una cultura.
Pero sí maldecir a quienes llevan sus insignias,
el casco dorado y bélico del poder, el estandarte del país que malvadamente
los representa.
Y les deseo que los dioses los pongan en la lista
de los que jamás puedan volver a sonreír.

Farruco Sesto

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