lunes, 6 de febrero de 2012

Fabricio Ojeda: a 83 años de su nacimiento miles continúan recogiendo su fusil

06 Feb 2012


"Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y saber de nuestro pueblo".

Hoy recordamos con orgullo y  nostalgia los 83 años del  nacimiento de Fabricio Ojeda, reivindicamos su legado lleno de coraje y entrega, marcado por un hombre que vivió en consonancia con sus ideales.

Periodista y guerrillero, perseguido por la dictadura y asesinado por la democracia puntofijista. La patria contó siempre con los esfuerzos y la dedicación de aquel hombre trujillano que desde sus años de juventud estuvo dedicado y comprometido con las luchas del pueblo.

Trabajando como corresponsal de El Nacional en Miraflores y recorriendo las calles por sus trabajos en los diarios La Calle y El Heraldo, vio la situación que vivía el país y comprendió la necesidad de transformar esa realidad. Irrumpió en la política nacional cuando fundó el Movimiento Civil de Resistencia contra dictadura de Marcos Pérez Jiménez, desde las filas de la Junta Patriótica, la cual presidió por su destacado desempeño, movimiento que logró acabar con la dictadura perejimenista.

En el proceso electoral que debió dar paso a una democracia en Venezuela, resultó electo diputado del Distrito Federal por la Unión Republicana Democrática (URD), partido que formó parte junto a Acción Democrática y COPEI del acuerdo tripartito conocido en la historia contemporáneo de Venezuela como El Pacto de Punto Fijo.

Desde el mismo momento del inicio del gobierno de Rómulo Betancourt, se comenzó a hacer evidente su naturaleza, inició la segregación de sectores políticos que no entraban dentro de los planes de Punto Fijo: el Partido Comunista, sectores juveniles de Acción Democrática y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

En medio de este escenario político y social convulso y bajo un régimen de suspensión de las garantías constitucionales, es cuando Fabricio decide abandonar el Congreso e incorporarse a la lucha armada por la liberación nacional, que aun no había terminado, a través de una renuncia pública en Junio de 1962.

"Nuestra decisión de incorporarnos a los estudiantes, obreros y campesinos que hacen la guerra de guerrillas en Falcón, Portuguesa, Mérida, Zulia, Yaracuy, obligados por la brutal represión del gobierno que amenaza con la muerte, la tortura y la cárcel a quienes se oponen a sus designios, obedece a la firme convicción de que la política de las camarillas que ejercen hoy el Poder no muestran ningún ánimo para dar soluciones a la crisis política venezolana a través del dialogo y la senda electoral. Toda la maquinaria oficialista ha sido desde ya colocada al servicio de los grupos exclusivos que forman la intimidad del actual Presidente y sin espíritu de servicio a la Patria y al Pueblo, tales grupos han privado a los venezolanos de sus mas elementales derechos y desde ahora preparan el fraude que les permite perpetuarse en el Poder, a usanza de todos los gobiernos despóticos que el país ha padecido".

Esta acción lo llevó a prisión, de donde logró escapar y cumpliendo con su palabra se incorporó a la insurrección, alcanzando el grado de Comandante del frente José Antonio Páez y presidente del Frente de Liberación Nacional (FLN).

El Comandante Roberto, como fue conocido en las montañas de Venezuela, participó y dirigió muchos de los intentos por unificar las guerrillas dispersas en el país, reorientar las fuerzas y tomar el poder para reconstruir la patria, a través de "La Guerra del Pueblo", concepción militar que logró plasmar en medio de las duras condiciones de la vida guerrillera.

Son incontables las enseñanzas y los ejemplos impartidos por Fabrico desde su practica revolucionaria: su liderazgo, su claridad política y su templanza. virtudes, que en manos de los organismos represivos de un Estado asesino lo llevaron a la muerte.

En los Calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armas (SIFA), en Junio de 1966 fue hallado su cuerpo sin vida, marcado por los signos de las tutoras que padeció antes de su vil asesinato y una vez más lo asistió la razón histórica, cuando después de su siembra recordamos aquella frase de su carta de renuncia al parlamento "Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y saber de nuestro pueblo".

Fuente: Patria Grande

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